9 de julio de 2010

EL SILENCIO DE LAS ABEJAS





El agónico aleteo de las abejas retumbaba en sus oídos. Era constante. Se metía en su sueño y le perseguía por todos los rincones.
Había rastro de muerte por toda la habitación,aguijones, alas ,cera y miel se mezclaban con el olor a humo e insecticida, provocando una ambigüedad de sensaciones.
Tan penetrante el olor de la abeja reina y la cera que le rodea, consigue una perenne insistencia en retornar al mismo sitio y en un interminable cadalso, imposible de eliminar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Deberías escribir en serio. en serio. Tu texto sobre el silencio de las abejas es hermoso y lleno de inquietantes sonoridades. Me gusta.
Ya sabía que eras un poco poeta, ahora ya lo confirmo como otro de tus "adornos"..
Hija mía...

Sonsomar dijo...

Poeta tu, madre.
Gracias por tu apoyo omnipresente.