Por alguna extraña razón tenía interés en llegar pronto al hospital. Pero para poder entrar había que ingeniárselas. Las puertas cerradas. Así que plan B. Por pasadizos y segundas puertas que llevan a lugares ficticios, pasillos llenos de tuberías y cables sueltos interminables y oscuros. Escaleras estrechas con telarañas colgando. Pestillos atascados y cerrojos oxidados. Ventanucos destartalados con cristales rotos...
Y por fin empiezan a verse paredes pintadas y nuevas. Techos encalados con halógenos resplandecientes. Interruptores sin disecar y funcionantes. Puertas que se abren fácilmente. Llegamos a una Puerta - si, ahora voy acompañada - tiene un seguro. Lo intento abrir. Se abre. Abro la puerta. Despejado. Y entro en algun lugar, un espacio cerrado, una habitación.
Cuando estoy en medio de la habitación - es una habitación vacía, como sin terminar, futura consulta o sala de información- veo que al fondo hay otra puerta, preciosa puerta. ¿Es La Salida?. Detrás de esa puerta está la zona segura y yo lo sé.Sólo tengo que alcanzarla y abrir el seguro y seré libre.
Pero en el rincón, a mi derecha, diviso con el rabillo de ojo UNA SERPIENTE de cascabel.
Sin pensar mucho continúo andando, pero sigilosa, pisando de puntillas. Llego a la puerta, la anhelada y definitiva. Giro el seguro. Mientras lo hago miro hacia atrás, la serpiente hace eses, pero sin desplazarse mucho, levanta su cola y hace sonar su inconfundible cascabel. Alguien detrás de mi , que permanecía siguiendo mis pasos, dice "está sentada y tranquila" y entonces me sigue hacia la puerta, dando zancadas y aspavientos.
Y la serpiente decide que ya está bien de intromisión, ¡ese es su territorio! De repente se desplaza en grandes eses, incluso dando saltos... Abro la puerta y pienso : lo conseguimos... Mi compañero misterioso pasa por delante de mi, atraviesa la puerta salvadora y desaparece. La del cascabel sin yo entender cómo, ha llagado hasta mi y en un suspiro se sube a mi brazo. Y yo me pregunto: ¿Dónde está Frank de la Jungla? Y me despierto.