1 de octubre de 2008

UN DÍA MÁS SIN PAUL

Pues Paul se ha ido y la vida sigue.
Desde la terraza de mi casa, disfrutando de la wifi y el sol, dando rienda suelta a dos de mis aficiones, de paso, un trocito de chocolate puro y la cosa se pone inmejorable.
Hoy ha sido un día algo más espeso. He tenido que anestesiar a mi amiga Asun, enfermera de pro y supermami. Nada grave, pero anestesiar a un amigo/familiar siempre da un poco de cosa y la tensión en el cuerpo, aparentemente desapercibida, pasa factura a la tarde. Sobre todo cuando llegan las seis de la tarde y sin comer...
Pero tengo que reconocer que para mí es una satisfacción poder ayudar a las personas, aliviando en la medida de lo posible el momento de ser operado y su posterior recuperación. Esa satisfacción para mí es necesaria y la busco como el drogadicto su heroína o su cocaína. El día que me falta me siento mal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que esa búquedad de la ayuda a los demás es lo que mueve el espíritu de la Medicina.

No hay mayor recompensa que sentirte útil ayudando a los demás

un saludin :)

Unknown dijo...

La medicina es una profesión vocacional 100%. A mi me encanta ayudar a la gente, pero nunca podría ser médico, enfermero o anestesista. Hay que nacer con el chip para poder serlo. Me da demasiado yuyu. Menos mal que hay gente como vosotr@s :)