Uno de mis grandes defectos es que no sé conocer bien a las personas, cuando me las presentan o cuando las conozco en el trabajo, no soy capaz de ver más allá de la apariencia. Y no me refiero al físico. Cualquiera puede venderme la moto y se me engalla fácilmente. El lenguaje corporal en alguien desconocido me resulta difícil de interpretar cuando se relaciona conmigo. Y muchas veces me he visto sorprendida al descubrir a otra persona diferente de mi primera impresión, tanto en negativo como en positivo.
Sin embargo esto no me ocurre con los pacientes. Es cómo si pusiera todos mis radares a funcionar. Y casi siempre sé leer en las caras y gestos de los pacientes cuándo sienten ansiedad, dolor , miedo o vergüenza.
Esto hace que aún siga aprendiendo del ser humano y es para mí muchas veces un enigma, aunque otras veces resulte totalmente predecible.
Pero no soy el Dr Lightman capaz de descubrir las mentiras en una frente arrugada o un hombro hacia atrás.
Tampoco soy el Dr.House que desconfía de todo el mundo.
Me gusta confiar en la gente, aunque luego me decepcionen. No quiero pensar en todas las maldades que me pueden hacer. No creo en la mala intención. Y tampoco hasta ahora he visto que la gente que desconfía se sienta menos engañada que yo, sino todo lo contrario, ni que sufra menos, ni que sean más seguros que yo. Ni más felices.
Tampoco soy una flower-power que piense que todo es bonito en el mundo y "PAZ y AMOR" para todos.
Simplemente es que creo que TODO el mundo se merece una oportunidad.
Y sé que eso no siempre es fácil de entender.
Sin embargo esto no me ocurre con los pacientes. Es cómo si pusiera todos mis radares a funcionar. Y casi siempre sé leer en las caras y gestos de los pacientes cuándo sienten ansiedad, dolor , miedo o vergüenza.
Esto hace que aún siga aprendiendo del ser humano y es para mí muchas veces un enigma, aunque otras veces resulte totalmente predecible.
Pero no soy el Dr Lightman capaz de descubrir las mentiras en una frente arrugada o un hombro hacia atrás.
Tampoco soy el Dr.House que desconfía de todo el mundo.
Me gusta confiar en la gente, aunque luego me decepcionen. No quiero pensar en todas las maldades que me pueden hacer. No creo en la mala intención. Y tampoco hasta ahora he visto que la gente que desconfía se sienta menos engañada que yo, sino todo lo contrario, ni que sufra menos, ni que sean más seguros que yo. Ni más felices.
Tampoco soy una flower-power que piense que todo es bonito en el mundo y "PAZ y AMOR" para todos.
Simplemente es que creo que TODO el mundo se merece una oportunidad.
Y sé que eso no siempre es fácil de entender.
2 comentarios:
Interesante acto de sinceridad. ¿Es por alguna experiencia reciente o sólo una reflexión?
A mi sin embargo me pasa al contrario, y no me suelo equivocar.
Es una reflexión, Martín, y para algunos , como dice Muriel Barbery " la vida es una batalla en la que hay que vencer aniquilando al otro" y para alguna persona " ...no puede sentirse segura si no ha aplastado al adversario... Un mundo en el que hay espacio para los demás es un mundo peligroso...
Pero este NO es mi modo de pensar .
En el fondo creo que me niego a mi misma desconfiar o a pensar mal de alguien y quiero dar, o darme a mi otra oportunidad de creer en la bondad del ser humano.
Y con esto doy muchas pistas de mis puntos flacos... Ja, ja
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