18 de julio de 2009

A LA MIEL DA. 3ª PARTE

Tres días ha costado que las abejas encuentren su camino a la nueva colmena. Es increíble la memoria, el tesón y la cabezonería de las abejas. Insisten en volver al lugar donde ya no hay nada, y luego, desorientadas o acongojadas por no encontrar su casa, se pierden hasta morir unas con otras dejando todo el suelo lleno de sus lastimosos cuerpos.
El cuarto huele a humo, miel y muerte. Aún hoy siguen queriendo entrar, a través de la caja de la persiana abierta y después no saben salir.
Esta mañana he iniciado la limpieza del cuarto, con temor, aún zumbaban por el suelo algunas, de vez en cuando alguna alzaba el vuelo inútilmente. Pertrechada con fregona, trapo, escoba, recogedor, Cucal en spray, cubo de fregar y amoniaco me he atrevido a empezar . El fregoteo de la persiana ha sido todo una azaña, de vez en cuando venía alguna abeja. Las que estaban muertas aparecían por todos los rincones. Y yo pensaba en las películas de terror, cuando al final de la peli, ya todo ha terminado, están salvados los protagonistas, pero el último plano de la peli es de una abeja que parecía muerta y tímidamente mueve sus alas iniciando el vuelo de la venganza.

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