Si nuestros pacientes nos hablaran y nos contaran siempre realmente lo que piensan no podríamos mirarles a la cara friamente y decirles:" aguante un poco, es normal, ya se le va a pasar"
Pero quizás no haga falta que nos hablen, que nos cuente. Si miramos en el fondo de sus ojos, si observamos su lenguaje no verbal podemos deducir mucho de las cosas que padecen y que si nos pasaran a nosotros mismo o a un conocido nuestro sabríamos interpretarlo y le pondríamos remedio lo más pronto posible.
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