16 de febrero de 2012

Dolor



Si tuviera una varita mágica, la agitaría suavemente para hacer aparecer una sonrisa en los ojos y desaparecer cualquier atisbo de dolor, temor o duda. Quitaría todo el sufrimiento y pondría paz en los labios. Con un sólo golpe.

2 comentarios:

Lola Birlanga Urbán dijo...

¡Ojala la tuvieras! Besos.

Anónimo dijo...

Hay gestos que funcionan como la varita. Gracias.