Pues tengo que decir que ese estupendo día de San Isidro que ya os he contado, mi queridísima madre, mientras nos íbamos a comer al Wok, se quedó pintando en mi casa unas mesillas estupendas que me las va a dejar maravillosas con su habilidad habitual y su gusto exquisito. Hay que decir que le dijimos que se viniera a comer y no quiso. No la esclavizo, fue algo voluntario.
Qué mona ella, con sus vaqueros y su brocha. Cuando estén terminadas ya subiré la foto correspondiente para que todos podáis admirar su creatividad.
¡Tengo una madre divina!
Qué mona ella, con sus vaqueros y su brocha. Cuando estén terminadas ya subiré la foto correspondiente para que todos podáis admirar su creatividad.
¡Tengo una madre divina!
1 comentario:
Mágica, diría yo. Que no soy neutral, evidentemente.
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