23 de junio de 2011

SOMOS HUMANOS


Tener rutina es totalmente diferente a hacer rutinariamente las cosas. La diferencia es sutíl pero muy importante. Precisamente el conseguir tener una rutina determinada al hacer tu trabajo conlleva el que cuando necesitas actuar bajo presión o en un escenario de dificultad las cosas se resuelvan con eficacia y efectividad. Si tu trabajo es habitualmente elegante, meticuloso y limpio, lo será también cuando la emotividad o la preocupación interactúan en tu cerebro. Si eres cariñoso, compresivo, compañero y amigable habitualmente con un extraño, te resultará tremendamente sencillo serlo con alguien que verdaderamente conoces e incluso quieres.

Cuando dejas que tu trabajo se convierta en sí mismo en algo rutinario y lo conviertes en un acto repetitivo e impersonal, seguirás haciéndolo incluso cuando los más cercanos a ti estén en tus manos.

El distanciamiento para mantener la objetividad no es NO SENTIR, no es SER FRÍO. Si no quieres dejarte llevar por la subjetividad, mantente lejos y no participes.

Siempre tendremos que intentar ser objetivos, pero siempre existirán elementos de subjetividad en nuestros entorno que nos condicionen. Nuestros sentimientos siempre influirán en nuestros actos y decisiones. Nuestra propia biología, hambre, sueño, frío, cansancio influyen queramos o no en nuestras decisiones.


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